jueves, 1 de noviembre de 2012

La Muy Poco Sensacionalista Verdad sobre la Esposa de Jesús


Por Michael J. Kruger

Desde el descubrimiento de los “Evangelios Gnósticos” en Nag Hammadi en 1945, los eruditos y el público general no parecen saciarse de versiones alternativas de la vida de Jesús. El Evangelio de Tomás, el Evangelio de Pedro, el Evangelio de María, y, más recientemente, el Evangelio de Judas, han suscitado preguntas provocativas sobre el cristianismo.
¿Fueron las historias sobre Jesús dejadas fuera intencionadamente en el Nuevo Testamento? ¿Fueron estas versiones alternativas del cristianismo suprimidas (u oprimidas)? ¿Y nos dan los evangelios canónicos una visión precisa sobre Jesús?

Recién se había posado el polvo desde el descubrimiento del Evangelio de Judas, un nuevo descubrimiento ha reabierto ahora estas preguntas. Durante mi pausa de clase ayer (irónicamente justo antes de comenzar mis lecciones sobre los libros apócrifos), recibí noticias de que fue descubierto un nuevo manuscrito que dice que Jesús tenía una mujer. Esto merece la atención porque – a pesar de las declaraciones de El Código Da Vinci – no tenemos ningún texto en todo el cristianismo que diga explícitamente que Jesús hubiera estado casado.

Este nuevo manuscrito – aptamente titulado el Evangelio de la Esposa de Jesús – es un fragmento de un códice del siglo cuarto escrito en Cóptico (Sahídico) que en un lugar dice así, “Jesús les dijo, ‘Mi esposa… ella será capaz de ser mi discípulo’”. El fragmento es bastante pequeño (4x8 cm), con escrito descolorido por detrás. El texto principal está escrito de manera apretujada y con mano semi-alfabetizada. Lo que más llama la atención es que Karen King, de la Universidad de Harvard, ha sugerido que aunque el manuscrito es del siglo cuarto, la composición original debería ser fechada en la mitad del siglo dos.

¿Qué haremos pues con este nuevo descubrimiento? He aquí varias consideraciones.

Autenticidad

La falsificación no es poco común en el mercado de las antigüedades. No soy un experto en la paleografía Cóptica (mi estudio es sobre los manuscritos griegos), pero tuve preocupaciones sobre la apariencia inicial del manuscrito. En particular, la descuidada naturaleza de la mano del escriba, y las anchas y no diferenciadas pinceladas de la pluma parecieron problemáticas. Además, el color de la tinta parece fuera de lugar – es demasiado oscuro, casi como si estuviera pintado. Las tintas antiguas suelen ser más claras en cuanto al color, aunque hay excepciones. Este escenario es exacerbado por la ambigüedad sobre el lugar de su descubrimiento y la identidad de su dueño anónimo.

Sin embargo, según el futuro trabajo de Karen King, este manuscrito fue examinado por Roger Bagnall y AnnMarie Luijendik, dos eruditos reputados, y ambos lo aceptaron como auténtico y atribuyeron el estilo a la punta desafilada de la pluma del escriba. Otras indicaciones de su autenticidad es el uso del nomina sacra (abreviaciones de ciertas palabras) y la descolorida tinta en la parte de detrás de la página (algo que hubiera requerido un tiempo considerable). Pero mi amigo y erudito en Cóptico, Christian Askeland, es escéptico sobre su autenticidad dado a, entre otras cosas, la formación extraña de algunas de letras (particularmente la épsilon) y omisiones en el texto Cóptico. Otros eruditos también han expresado escepticismo sobre el fragmento.

Hasta aquí, no hay manera de saber si es genuino o se trata de una falsificación. No podemos saberlo con certitud hasta que más eruditos tengan la oportunidad de examinarlo.

Composición

Asumiendo por un momento que el manuscrito es genuino, siguen habiendo preguntas sobre su composición. Primero, ¿con qué clase de documento estamos tratando? A primera vista, el documento parece estar compuesto como un texto parecido a un evangelio que contenía historias y dichos de Jesús. De hecho, Jesús parece estar haciendo lo que hace con frecuencia en los otros textos de los evangelios: está teniendo una conversación con sus discípulos. Algunos eruditos han sugerido que este fragmento podría ser un texto mágico como un amuleto, particularmente dado a su pequeño tamaño. Sin embargo, los amuletos normalmente no tenían nada escrito por detrás de la página (en el reverso). Si la escritura de detrás del fragmento es continuo a lo que está escrito por delante (que está desconocido hasta ahora) entonces podría ser simplemente un códice en miniatura. Los códices en miniatura fueron populares en el cristianismo temprano y a menudo contenían textos apócrifos. Para más sobre este tema, consulta mi artículo aquí.

Otra cuestión atañe la fecha de la historia que contiene este fragmento. ¿Cuándo fue la historia compuesta? King arguye que fue compuesta en la mitad del siglo segundo basado mayoritariamente en las similitudes con el Evangelio de Tomás y el Evangelio de Felipe, los cuales ambos existieron durante ese período de tiempo. Esto es ciertamente una posibilidad, particularmente dado que conocemos que un buen número de otros evangelios apócrifos fueron compuestos en el segundo siglo (p.ej. Evangelio de Pedro, P. Egerton 2, P.Oxy. 840). Sin embargo, este argumento no requiere una fecha del segundo siglo. Esta historia puede haber sido escrita en el tercer siglo y puede que simplemente haya cogido de escritos como el de Evangelio de Tomás y el Evangelio de Felipe.

Valor Histórico

La pregunta clave es si esta particular narración puede decirnos algo sobre cómo fue Jesús fue en realidad. ¿Demuestra este texto que Jesús tuvo una esposa? ¿Provee este evangelio información histórica de confianza? No y no. No hay ninguna razón para pensar que este evangelio retiene la tradición auténtica sobre Jesús. Es una producción tardía, no basada en el testimonio de testigos oculares, y posiblemente haya hecho uso de otros trabajos apócrifos como Tomás y Felipe.

Lo que es más – y esto es crítico – no tenemos ninguna fuente histórica en todo el cristianismo temprano que sugiera que Jesús hubiera estado casado. Ninguna. No hay nada sobre que Jesús hubiera estado casado en los evangelios canónicos, en los evangelios apócrifos, en los padres de la iglesia, y en ninguna otra parte. Incluso si este nuevo evangelio declara que Jesús había estado casado, no concuerda con todas las otras evidencias históricas creíbles que tengamos sobre su vida. Como King misma dice, “Este es el único texto antiguo existente que caracteriza a Jesús como refiriéndose a una esposa. Esto no evidencia, sin embargo, que el Jesús histórico hubiera estado casado” (p.1 aquí).

Conspiraciones y los Evangelios Canónicos

A todo el mundo le gusta una buena teoría de conspiración. Sería ciertamente mucho más entretenido para nuestra cultura si uno pudiera demostrar que todos los libros apócrifos fueron realmente las Escrituras de la iglesia temprana y que fueron suprimidos por las maquinaciones políticas de la iglesia tardía (p.ej. Constantino). Pero la verdad es mucho menos sensacionalista. Mientras a los libros apócrifos se les daba un estatus escritural de vez en cuando, la mayoría aplastante de los cristianos tempranos prefirieron los libros que ahora están en nuestro canon del Nuevo Testamento. Así, se nos recuerda de nuevo que el canon no fue “creado” arbitrariamente por la iglesia en el cuarto o quinto siglo. Las afirmaciones de la iglesia tardía simplemente refleja lo que ya había sido el caso por muchos, muchos años.

Cuando se trata con este tipo de preguntas me gusta recordarles a mis alumnos de un simple – pero a menudo pasado por alto – hecho: de todos los evangelios en el cristianismo temprano, solo Mateo, Marcos, Lucas, y Juan están fechados en el siglo primero. Ciertamente, hay intentos minoritarios de colocar libros como el Evangelio de Tomás en el primer siglo – pero tales intentos no han sido bien recibidos por los eruditos bíblicos. Así, si realmente queremos saber cómo fue Jesús, nuestra mejor apuesta es fiarnos de libros que fueron al menos escritos durante el período de tiempo cuando los testigos oculares seguían vivos. Y tan solo cuatro evangelios cumplen este criterio.

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Artículo original publicado en The Gospel Coalition.

Michael J. Kruger es profesor del Nuevo Testamento en el Reformed Theological Seminary en Charlotte, North Carolina, y el autor de Canon Revisited: Establishing the Origins and Authority of the New Testament Books (Crossway, 2012). Escribe con reguaridad en su blog Canon Fodder.

1 comentario:

  1. 2 Tesalonicenses 2:1-4
    Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,

    2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.

    3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,

    4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios

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