Suponiendo que no hubo inteligencia detrás del universo, que no hubo una mente creadora. En ese caso, nadie ha diseñado mi cerebro para el propósito de pensar. Es meramente eso que ocurre cuando los átomos dentro de mi cabeza, por razones físicas y químicas, se ordenan a sí mismos de una cierta manera; esto me da, como consecuencia, la sensación que yo llamo pensamiento. Pero, si es así, ¿cómo puedo confiar en que mi propio pensamiento es verdadero? Es como poner bocabajo un vaso de leche y esperar que la manera en la que se esparce por el suelo te dé un mapa de Londres. Pero si no puedo confiar en mi propio pensamiento, por supuesto que no puedo confiar en los argumentos que conducen al ateísmo, y entonces no tengo ningún motivo de ser ateo, ni cualquier otra cosa. A menos que crea en Dios, no puedo creer en el pensamiento: por consiguiente nunca puedo usar el pensamiento para no creer en Dios.read moreC.S. Lewis
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miércoles, 16 de enero de 2013
sábado, 1 de diciembre de 2012
Por Douglas Jones
…Se nos dice que la razón y la fe están en conflicto, que son dos medios contrarios para adquirir conocimiento. La razón, en este sentido largo, es el conjunto de reglas del pensamiento que deberíamos usar para evaluar y extender nuestras creencias, exiliando las absurdidades, contradicciones, y afirmaciones no fundamentadas. La fe, en contraste, es el rechazo de estas reglas más altas del pensamiento, para abrazar ciegamente los dictados de la autoridad y deleitarse en absurdidades. O así va la cosa.
En consecuencia, los no cristianos a menudo acusan a los cristianos de irracionalidad por darle una posición a la fe, y muchos cristianos a menudo rechazan cualquier posición para la razón y hacen de la irracionalidad (“fe”, como ellos lo ven) el sello distintivo de la religión cristiana. Pero parece que estos puntos de vista son erróneos, y su equivocación común es que deforman la racionalidad.
¿Qué es la racionalidad? Muchas teorías tenemos a disposición. Por ejemplo, unos defienden que la racionalidad es elegir los mejores medios para un fin deseado. Pero esto rápidamente se convierte en algo inmanejable – podríamos hacer cualquier acción racional haciendo de ésta misma el fin deseado. Pienso que otra definición de la racionalidad ayuda más. Podemos llegar a un acuerdo más amplio si entendemos la racionalidad, en un sentido básico, como el conformarse las creencias y las acciones de alguien a las reglas más altas de la verdad. El aspecto de “conformarse” retiene la habilidad de excluir absurdidades, aquellas cosas que violan las reglas más altas de la verdad. El aspecto de “más altas” nos dirige en última instancia a aquellas normas que sirven como el tribunal de apelación final, aquellas que tienen derecho a veto sobre todas las demás reglas. El aspecto de “verdad” indica a la naturaleza del mundo, a la realidad y no nuestras imaginaciones. La realidad determina la racionalidad. Una persona racional es, entonces, la que vive de acuerdo a las reglas supremas de la verdad.
Cuando algún no cristiano afirma que sigue la “razón” y que rechaza la “fe”, su objetivo es obedecer las reglas de la verdad que gobiernan la realidad, puede que algo como las leyes de la lógica o los métodos científicos o algo así. Puede imaginarse que está haciendo algo completamente diferente a la persona devotada al Dios cristiano, pero en realidad, los dos siguen el mismo procedimiento. Ambos buscan obedecer las normas más altas de la verdad. La fe cristiana no nos pide actuar ciegamente, buscando ir en dirección contraria a la realidad. Busca seguir el mismo procedimiento que la persona devotada a la racionalidad, a pesar de que claramente estos dos apelan a criterios últimos contrarios.
Para ver esto mejor, consideremos el caso de Abraham, aquel anciano padre del judaísmo y del cristianismo. En la disputa tradicional sobre la razón y la fe, Abraham seguramente sería clasificado como un modelo de fe. La Biblia nos dice que Dios llamó a Abraham suyo y le prometió descendientes y una tierra, aunque Abraham era entonces falto de hijos, y las tierras estaban ocupadas por gente poderosa y hostil. Pero contrario a toda la evidencia preponderante de que no hay mucha probabilidad de descendientes si a ti mismo te falta un hijo, y contrario a toda la evidencia en contra a que un viejo hombre solitario venciera una hueste de armadas hostiles, Abraham creyó en el Señor (Génesis 15:6). Años después, cuando el Señor finalmente declaró el futuro embarazo de su mujer, aunque esta se acercaba a los cien años de vida, Abraham creyó, confiando en la promesa de Dios, contrario a las opiniones expertas de que las personas que han pasado del período de poder tener hijos pudieran tener hijos. Más tarde en la vida de Abraham, después del nacimiento de su durante mucho tiempo prometido hijo, Dios incluso le dirigió a Abraham a ir a una excursión para sacrificar a aquel mismo hijo, a Isaac. Pero en vez de ser “racional” así como unos lo entienden, explicándole a Dios que los cadáveres no hacen a uno un buen padre de muchos descendientes, Abraham tuvo fe, creyendo en la absurdidad de que Dios era capaz de resucitar a su hijo de entre los muertos para cumplir su promesa de los muchos descendientes.
En todo esto, Abraham demostró a ser un modelo de fe. Pero desde una perspectiva no cristiana, Abraham, en cada paso que daba, era extremadamente irracional y probablemente peligroso para la sociedad. (Los trabajadores sociales seguramente hubieran estado inquietos por esta pequeña excursión con Isaac.) Las conclusiones de Abraham seguramente serían opuestas con aquellas recomendadas por nuestra comunidad científica reconocida. Desde este punto de vista no cristiano, Abraham, como modelo de fe, es también un modelo de irracionalidad.
Pero dada la comprensión de la racionalidad discutida antes – conformar nuestros pensamientos y acciones a las reglas más altas de verdad – Abraham no fue irracional lo más mínimo. Si la cosmovisión de Abraham es correcta, entonces el Dios de Abraham reina como el criterio de verdad muy por encima de cualquier explicación ayudadora de los filósofos y científicos. En la realidad bíblica, no hay normas de pensamiento que estén sobre y por encima de las normas de la persona suprema de Dios. Más aún, si esta visión es correcta, entonces Abraham no es solo un modelo de fe sino también un modelo de racionalidad, un “racionalista” devotado, conformando su vida a las reglas más altas de verdad. Abraham hubiera sido estúpido y supremamente irracional para creer lo contrario de la promesa de Dios.
Así que, al final, la supuesta hostilidad entre la razón y la fe se disuelve de manera interesante. La fe y la razón no son enemigas, sino idénticas. Ambas buscan conformarse a las normas más altas de verdad. Y, como ya hemos visto antes, aunque los no cristianos profesan obedecer sus propias supuestas normas de verdad, ninguno de ellos lo hacen fielmente. Todos actúan como si la visión cristiana de la realidad es verdadera, mientras lo niegan. Esa es la verdadera irracionalidad. Esa es verdadera fe ciega. En marcado contraste, el cristianismo rechaza la fe ciega y nos llama a arrodillarnos delate del Dios cristiano, del Dios de Abraham, Isaac, y José – el criterio supremo del pensamiento y de la vida, a quien toda persona racional debería conformarse.
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Extracto de Why and What: A Brief Introduction to Christianity. read more
…Se nos dice que la razón y la fe están en conflicto, que son dos medios contrarios para adquirir conocimiento. La razón, en este sentido largo, es el conjunto de reglas del pensamiento que deberíamos usar para evaluar y extender nuestras creencias, exiliando las absurdidades, contradicciones, y afirmaciones no fundamentadas. La fe, en contraste, es el rechazo de estas reglas más altas del pensamiento, para abrazar ciegamente los dictados de la autoridad y deleitarse en absurdidades. O así va la cosa.
En consecuencia, los no cristianos a menudo acusan a los cristianos de irracionalidad por darle una posición a la fe, y muchos cristianos a menudo rechazan cualquier posición para la razón y hacen de la irracionalidad (“fe”, como ellos lo ven) el sello distintivo de la religión cristiana. Pero parece que estos puntos de vista son erróneos, y su equivocación común es que deforman la racionalidad.
¿Qué es la racionalidad? Muchas teorías tenemos a disposición. Por ejemplo, unos defienden que la racionalidad es elegir los mejores medios para un fin deseado. Pero esto rápidamente se convierte en algo inmanejable – podríamos hacer cualquier acción racional haciendo de ésta misma el fin deseado. Pienso que otra definición de la racionalidad ayuda más. Podemos llegar a un acuerdo más amplio si entendemos la racionalidad, en un sentido básico, como el conformarse las creencias y las acciones de alguien a las reglas más altas de la verdad. El aspecto de “conformarse” retiene la habilidad de excluir absurdidades, aquellas cosas que violan las reglas más altas de la verdad. El aspecto de “más altas” nos dirige en última instancia a aquellas normas que sirven como el tribunal de apelación final, aquellas que tienen derecho a veto sobre todas las demás reglas. El aspecto de “verdad” indica a la naturaleza del mundo, a la realidad y no nuestras imaginaciones. La realidad determina la racionalidad. Una persona racional es, entonces, la que vive de acuerdo a las reglas supremas de la verdad.
Cuando algún no cristiano afirma que sigue la “razón” y que rechaza la “fe”, su objetivo es obedecer las reglas de la verdad que gobiernan la realidad, puede que algo como las leyes de la lógica o los métodos científicos o algo así. Puede imaginarse que está haciendo algo completamente diferente a la persona devotada al Dios cristiano, pero en realidad, los dos siguen el mismo procedimiento. Ambos buscan obedecer las normas más altas de la verdad. La fe cristiana no nos pide actuar ciegamente, buscando ir en dirección contraria a la realidad. Busca seguir el mismo procedimiento que la persona devotada a la racionalidad, a pesar de que claramente estos dos apelan a criterios últimos contrarios.
Para ver esto mejor, consideremos el caso de Abraham, aquel anciano padre del judaísmo y del cristianismo. En la disputa tradicional sobre la razón y la fe, Abraham seguramente sería clasificado como un modelo de fe. La Biblia nos dice que Dios llamó a Abraham suyo y le prometió descendientes y una tierra, aunque Abraham era entonces falto de hijos, y las tierras estaban ocupadas por gente poderosa y hostil. Pero contrario a toda la evidencia preponderante de que no hay mucha probabilidad de descendientes si a ti mismo te falta un hijo, y contrario a toda la evidencia en contra a que un viejo hombre solitario venciera una hueste de armadas hostiles, Abraham creyó en el Señor (Génesis 15:6). Años después, cuando el Señor finalmente declaró el futuro embarazo de su mujer, aunque esta se acercaba a los cien años de vida, Abraham creyó, confiando en la promesa de Dios, contrario a las opiniones expertas de que las personas que han pasado del período de poder tener hijos pudieran tener hijos. Más tarde en la vida de Abraham, después del nacimiento de su durante mucho tiempo prometido hijo, Dios incluso le dirigió a Abraham a ir a una excursión para sacrificar a aquel mismo hijo, a Isaac. Pero en vez de ser “racional” así como unos lo entienden, explicándole a Dios que los cadáveres no hacen a uno un buen padre de muchos descendientes, Abraham tuvo fe, creyendo en la absurdidad de que Dios era capaz de resucitar a su hijo de entre los muertos para cumplir su promesa de los muchos descendientes.
En todo esto, Abraham demostró a ser un modelo de fe. Pero desde una perspectiva no cristiana, Abraham, en cada paso que daba, era extremadamente irracional y probablemente peligroso para la sociedad. (Los trabajadores sociales seguramente hubieran estado inquietos por esta pequeña excursión con Isaac.) Las conclusiones de Abraham seguramente serían opuestas con aquellas recomendadas por nuestra comunidad científica reconocida. Desde este punto de vista no cristiano, Abraham, como modelo de fe, es también un modelo de irracionalidad.
Pero dada la comprensión de la racionalidad discutida antes – conformar nuestros pensamientos y acciones a las reglas más altas de verdad – Abraham no fue irracional lo más mínimo. Si la cosmovisión de Abraham es correcta, entonces el Dios de Abraham reina como el criterio de verdad muy por encima de cualquier explicación ayudadora de los filósofos y científicos. En la realidad bíblica, no hay normas de pensamiento que estén sobre y por encima de las normas de la persona suprema de Dios. Más aún, si esta visión es correcta, entonces Abraham no es solo un modelo de fe sino también un modelo de racionalidad, un “racionalista” devotado, conformando su vida a las reglas más altas de verdad. Abraham hubiera sido estúpido y supremamente irracional para creer lo contrario de la promesa de Dios.
Así que, al final, la supuesta hostilidad entre la razón y la fe se disuelve de manera interesante. La fe y la razón no son enemigas, sino idénticas. Ambas buscan conformarse a las normas más altas de verdad. Y, como ya hemos visto antes, aunque los no cristianos profesan obedecer sus propias supuestas normas de verdad, ninguno de ellos lo hacen fielmente. Todos actúan como si la visión cristiana de la realidad es verdadera, mientras lo niegan. Esa es la verdadera irracionalidad. Esa es verdadera fe ciega. En marcado contraste, el cristianismo rechaza la fe ciega y nos llama a arrodillarnos delate del Dios cristiano, del Dios de Abraham, Isaac, y José – el criterio supremo del pensamiento y de la vida, a quien toda persona racional debería conformarse.
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Extracto de Why and What: A Brief Introduction to Christianity. read more
domingo, 11 de noviembre de 2012
Un sistema educativo público, en sí, es verdaderamente de un
beneficio enorme para la raza. Pero es beneficioso solo si se mantiene
sano en cada instante a través de la totalmente libre posibilidad de
competición de los colegios privados.
(MACHEN, Gresham J. Christianity and Liberalism)
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Un
sistema educativo público, si significa el ofrecimiento de la libre
educación para aquellos que lo desean, es un logro de los tiempos
modernos digno de mención y beneficioso; pero una vez que se convierte
en monopolístico es el instrumento de tiranía más perfecto que jamás se
haya ideado.
La
libertad de pensamiento en la Edad Media fue combatida por la
Inquisición, pero el método moderno es mucho más efectivo. Pon las vidas
de los niños en sus años de formación, a pesar de las convicciones de
sus padres, bajo el control íntimo de expertos designados por el estado,
fuérzalos después a atender a colegios donde las más altas aspiraciones
de la humanidad son aplastadas, y donde la mente se llena con el
materialismo del día, y es difícil ver cómo hasta los remanentes de la
libertad pueden subsistir.
Dicha
tiranía, defendida tal como es por una técnica perversa usada como el
instrumento en la destrucción de almas humanas, es ciertamente mucho más
peligrosa que las crudas tiranías del pasado, que a pesar de sus armas
de fuego y espadas permitieron al menos que el pensamiento fuera libre.
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viernes, 2 de noviembre de 2012
¿Cómo un ateo puede tener definiciones objetivas si no existen en su cosmovisión ya que la misma persona no puede generar parámetros universales, invariantes y absolutos (con esto podemos declarar que Dios debe existir para que tengan cabida por ejemplo las leyes de la lógica) dado que todo siempre cambia y el hombre es finito y toda definición depende de su percepción del mundo? Por ejemplo:
- Imagínate que tú ves en el cielo una sombra, para ti es una sombra- Una persona que esta frente al objeto lo mira y ve un circulo o circunferencia- Otra persona que se sube con un avión y mira y se da cuenta que es un cilindro.
¿Ahora quién tenía la razón? Pueden decir el tercero porque él se dio cuenta que era un cilindro el que estaba en el cielo, pero ¿Cómo sabe que el finalmente tiene la razón? ¿Cómo sabe que la panorámica de lo que vio no falta algo? Te puede decir porque los instrumentos que ocupa lo han hecho, pueden decir un satélite, pero ¿Cómo sabe que no le ha faltado incluir algún parámetro al Satelite que no está midiendo y es imperceptible a sus sentidos? No puede por lo tanto según su propia realidad, que ni siquiera sabe si es completa o que sea realmente la realidad (valga la redundancia), si está o no en lo correcto o está como los 2 primeros equivocados, así por lo tanto no pueden generar una sentencia verdadera respecto a lo que ve.
Ahora, por lo tanto, ¿Con qué seguridad me dice que mi creencia es subjetiva si no puede tener una definición real de qué es subjetivo u objetivo, ya que todo depende de la percepción (además falible y nunca sabe si es verdad) de sus sentidos?
Ya que te piden 'pruebas reales' pero, ¿Qué son las pruebas reales? Si ni las puede definir o hacer validar sus supuestos, así lo que ellos te piden son pruebas que están dentro de sus cosmovisiones que no pueden sostener.
Es como que los humanos siempre hayamos vivido debajo de la tierra en oscuridad y solo por el olfato podamos mantenernos sin chocar y hacer comunidades, y un día tu vayas a la superficie y vuelvas y digas:
"¡Existe la luz hay un sol puedo ver, cuando ustedes te tocan yo puedo ver sus manos con la luz... ! etc"
Y ellos te digan:
"Solo existe lo que podemos OLER, la luz no existe ese sol es mentira, es subjetivo creer que hay luz, demuéstralo con hechos reales (o sea solo con el olfato)" [analogía leída de Van Til]
Entonces, te das cuenta más o menos lo que te pedían tus amigos, en base a sus supuestos y dentro de sus supuestos querían que les demuestres algo, sabiendo que lo negaban de antemano.
Por eso un debate para demostrar científicamente a Dios no se debe hacer, porque para el ateo ya afirma de antemano que SOLO EXISTE lo que puedes percibir con los sentidos.
Por eso la Biblia la creemos por FE, y los escogidos que hemos visto la luz (en referencia a la analogía) podemos entenderla y creerla realmente, los demás están ciegos y muertos espiritualmente y si Dios no les da vida entonces quedarán en su ceguera espiritual negando la Verdad Absoluta.
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- Imagínate que tú ves en el cielo una sombra, para ti es una sombra- Una persona que esta frente al objeto lo mira y ve un circulo o circunferencia- Otra persona que se sube con un avión y mira y se da cuenta que es un cilindro.
¿Ahora quién tenía la razón? Pueden decir el tercero porque él se dio cuenta que era un cilindro el que estaba en el cielo, pero ¿Cómo sabe que el finalmente tiene la razón? ¿Cómo sabe que la panorámica de lo que vio no falta algo? Te puede decir porque los instrumentos que ocupa lo han hecho, pueden decir un satélite, pero ¿Cómo sabe que no le ha faltado incluir algún parámetro al Satelite que no está midiendo y es imperceptible a sus sentidos? No puede por lo tanto según su propia realidad, que ni siquiera sabe si es completa o que sea realmente la realidad (valga la redundancia), si está o no en lo correcto o está como los 2 primeros equivocados, así por lo tanto no pueden generar una sentencia verdadera respecto a lo que ve.
Ahora, por lo tanto, ¿Con qué seguridad me dice que mi creencia es subjetiva si no puede tener una definición real de qué es subjetivo u objetivo, ya que todo depende de la percepción (además falible y nunca sabe si es verdad) de sus sentidos?
Ya que te piden 'pruebas reales' pero, ¿Qué son las pruebas reales? Si ni las puede definir o hacer validar sus supuestos, así lo que ellos te piden son pruebas que están dentro de sus cosmovisiones que no pueden sostener.
Es como que los humanos siempre hayamos vivido debajo de la tierra en oscuridad y solo por el olfato podamos mantenernos sin chocar y hacer comunidades, y un día tu vayas a la superficie y vuelvas y digas:
"¡Existe la luz hay un sol puedo ver, cuando ustedes te tocan yo puedo ver sus manos con la luz... ! etc"
Y ellos te digan:
"Solo existe lo que podemos OLER, la luz no existe ese sol es mentira, es subjetivo creer que hay luz, demuéstralo con hechos reales (o sea solo con el olfato)" [analogía leída de Van Til]
Entonces, te das cuenta más o menos lo que te pedían tus amigos, en base a sus supuestos y dentro de sus supuestos querían que les demuestres algo, sabiendo que lo negaban de antemano.
Por eso un debate para demostrar científicamente a Dios no se debe hacer, porque para el ateo ya afirma de antemano que SOLO EXISTE lo que puedes percibir con los sentidos.
Por eso la Biblia la creemos por FE, y los escogidos que hemos visto la luz (en referencia a la analogía) podemos entenderla y creerla realmente, los demás están ciegos y muertos espiritualmente y si Dios no les da vida entonces quedarán en su ceguera espiritual negando la Verdad Absoluta.
jueves, 1 de noviembre de 2012
Por Michael J. Kruger
Desde
el descubrimiento de los “Evangelios Gnósticos” en Nag Hammadi en 1945,
los eruditos y el público general no parecen saciarse de versiones
alternativas de la vida de Jesús. El Evangelio de Tomás, el Evangelio de Pedro, el Evangelio de María, y, más recientemente, el Evangelio de Judas,
han suscitado preguntas provocativas sobre el cristianismo.
¿Fueron las
historias sobre Jesús dejadas fuera intencionadamente en el Nuevo
Testamento? ¿Fueron estas versiones alternativas del cristianismo
suprimidas (u oprimidas)? ¿Y nos dan los evangelios canónicos una visión
precisa sobre Jesús?
Recién se había posado el polvo desde el descubrimiento del Evangelio de Judas, un
nuevo descubrimiento ha reabierto ahora estas preguntas. Durante mi
pausa de clase ayer (irónicamente justo antes de comenzar mis lecciones
sobre los libros apócrifos), recibí noticias de que fue descubierto un
nuevo manuscrito que dice que Jesús tenía una mujer. Esto merece la
atención porque – a pesar de las declaraciones de El Código Da Vinci – no tenemos ningún texto en todo el cristianismo que diga explícitamente que Jesús hubiera estado casado.
Este nuevo manuscrito – aptamente titulado el Evangelio de la Esposa de Jesús –
es un fragmento de un códice del siglo cuarto escrito en Cóptico
(Sahídico) que en un lugar dice así, “Jesús les dijo, ‘Mi esposa… ella
será capaz de ser mi discípulo’”. El fragmento es bastante pequeño (4x8
cm), con escrito descolorido por detrás. El texto principal está escrito
de manera apretujada y con mano semi-alfabetizada. Lo que más llama la
atención es que Karen King, de la Universidad de Harvard, ha sugerido
que aunque el manuscrito es del siglo cuarto, la composición original
debería ser fechada en la mitad del siglo dos.
¿Qué haremos pues con este nuevo descubrimiento? He aquí varias consideraciones.
Autenticidad
La
falsificación no es poco común en el mercado de las antigüedades. No
soy un experto en la paleografía Cóptica (mi estudio es sobre los
manuscritos griegos), pero tuve preocupaciones sobre la apariencia
inicial del manuscrito. En particular, la descuidada naturaleza de la
mano del escriba, y las anchas y no diferenciadas pinceladas de la pluma
parecieron problemáticas. Además, el color de la tinta parece fuera de
lugar – es demasiado oscuro, casi como si estuviera pintado. Las tintas
antiguas suelen ser más claras en cuanto al color, aunque hay
excepciones. Este escenario es exacerbado por la ambigüedad sobre el
lugar de su descubrimiento y la identidad de su dueño anónimo.
Sin embargo, según el futuro trabajo
de Karen King, este manuscrito fue examinado por Roger Bagnall y
AnnMarie Luijendik, dos eruditos reputados, y ambos lo aceptaron como
auténtico y atribuyeron el estilo a la punta desafilada de la pluma del
escriba. Otras indicaciones de su autenticidad es el uso del nomina sacra (abreviaciones
de ciertas palabras) y la descolorida tinta en la parte de detrás de la
página (algo que hubiera requerido un tiempo considerable). Pero mi
amigo y erudito en Cóptico, Christian Askeland,
es escéptico sobre su autenticidad dado a, entre otras cosas, la
formación extraña de algunas de letras (particularmente la épsilon) y
omisiones en el texto Cóptico. Otros eruditos también han expresado escepticismo sobre el fragmento.
Hasta
aquí, no hay manera de saber si es genuino o se trata de una
falsificación. No podemos saberlo con certitud hasta que más eruditos
tengan la oportunidad de examinarlo.
Composición
Asumiendo
por un momento que el manuscrito es genuino, siguen habiendo preguntas
sobre su composición. Primero, ¿con qué clase de documento estamos
tratando? A primera vista, el documento parece estar compuesto como un
texto parecido a un evangelio que contenía historias y dichos de Jesús.
De hecho, Jesús parece estar haciendo lo que hace con frecuencia en los
otros textos de los evangelios: está teniendo una conversación con sus
discípulos. Algunos eruditos han sugerido que este fragmento podría ser
un texto mágico como un amuleto, particularmente dado a su pequeño
tamaño. Sin embargo, los amuletos normalmente no tenían nada escrito por
detrás de la página (en el reverso). Si la escritura de detrás del
fragmento es continuo a lo que está escrito por delante (que está
desconocido hasta ahora) entonces podría ser simplemente un códice en
miniatura. Los códices en miniatura fueron populares en el cristianismo
temprano y a menudo contenían textos apócrifos. Para más sobre este
tema, consulta mi artículo aquí.
Otra
cuestión atañe la fecha de la historia que contiene este fragmento.
¿Cuándo fue la historia compuesta? King arguye que fue compuesta en la
mitad del siglo segundo basado mayoritariamente en las similitudes con
el Evangelio de Tomás y el Evangelio de Felipe, los
cuales ambos existieron durante ese período de tiempo. Esto es
ciertamente una posibilidad, particularmente dado que conocemos que un
buen número de otros evangelios apócrifos fueron compuestos en el
segundo siglo (p.ej. Evangelio de Pedro, P. Egerton 2, P.Oxy. 840). Sin embargo, este argumento no requiere
una fecha del segundo siglo. Esta historia puede haber sido escrita en
el tercer siglo y puede que simplemente haya cogido de escritos como el
de Evangelio de Tomás y el Evangelio de Felipe.
Valor Histórico
La
pregunta clave es si esta particular narración puede decirnos algo
sobre cómo fue Jesús fue en realidad. ¿Demuestra este texto que Jesús
tuvo una esposa? ¿Provee este evangelio información histórica de
confianza? No y no. No hay ninguna razón para pensar que este evangelio
retiene la tradición auténtica sobre Jesús. Es una producción tardía, no
basada en el testimonio de testigos oculares, y posiblemente haya hecho
uso de otros trabajos apócrifos como Tomás y Felipe.
Lo
que es más – y esto es crítico – no tenemos ninguna fuente histórica en
todo el cristianismo temprano que sugiera que Jesús hubiera estado
casado. Ninguna. No hay nada sobre que Jesús hubiera estado casado en
los evangelios canónicos, en los evangelios apócrifos, en los padres de
la iglesia, y en ninguna otra parte. Incluso si este nuevo evangelio
declara que Jesús había estado casado, no concuerda con todas las otras
evidencias históricas creíbles que tengamos sobre su vida. Como King
misma dice, “Este es el único texto antiguo existente que caracteriza a
Jesús como refiriéndose a una esposa. Esto no evidencia, sin embargo, que el Jesús histórico hubiera estado casado” (p.1 aquí).
Conspiraciones y los Evangelios Canónicos
A
todo el mundo le gusta una buena teoría de conspiración. Sería
ciertamente mucho más entretenido para nuestra cultura si uno pudiera
demostrar que todos los libros apócrifos fueron realmente las Escrituras
de la iglesia temprana y que fueron suprimidos por las maquinaciones
políticas de la iglesia tardía (p.ej. Constantino). Pero la verdad es
mucho menos sensacionalista. Mientras a los libros apócrifos se les daba
un estatus escritural de vez en cuando, la mayoría aplastante de los
cristianos tempranos prefirieron los libros que ahora están en nuestro
canon del Nuevo Testamento. Así, se nos recuerda de nuevo que el canon
no fue “creado” arbitrariamente por la iglesia en el cuarto o quinto
siglo. Las afirmaciones de la iglesia tardía simplemente refleja lo que
ya había sido el caso por muchos, muchos años.
Cuando
se trata con este tipo de preguntas me gusta recordarles a mis alumnos
de un simple – pero a menudo pasado por alto – hecho: de todos los evangelios en el cristianismo temprano, solo Mateo, Marcos, Lucas, y Juan están fechados en el siglo primero. Ciertamente, hay intentos minoritarios de colocar libros como el Evangelio de Tomás
en el primer siglo – pero tales intentos no han sido bien recibidos por
los eruditos bíblicos. Así, si realmente queremos saber cómo fue Jesús,
nuestra mejor apuesta es fiarnos de libros que fueron al menos escritos
durante el período de tiempo cuando los testigos oculares seguían
vivos. Y tan solo cuatro evangelios cumplen este criterio.
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Michael J. Kruger es profesor del Nuevo Testamento en el Reformed Theological Seminary en Charlotte, North Carolina, y el autor de Canon Revisited: Establishing the Origins and Authority of the New Testament Books (Crossway, 2012). Escribe con reguaridad en su blog Canon Fodder. read more
Notas de Doug Wilson:
Cuando hablamos de
apologética, la pregunta “¿Según qué criterio?” es una pregunta
realmente fundamental. La misma pregunta se da en disputas en muchos
campos diferentes – es la misma cosa que preguntar “¿Quién lo dice?” Si
afirmas que tengo que hacer algo, la pregunta debería ser, “¿Por qué
tengo que hacer eso?” Es a estas alturas en la que la apologética
presuposicional tiene un tiro limpio. Un buen lugar para estudiar esta
visión de la apologética sería el libro de Greg Bahnsen Always Ready.
Durante nuestros tres días juntos filmando Collision,
ésta ha sido una de las pocas veces que Christopher ha sido puesto
contra la pared. Creo que ocurrió porque la pregunta fue una novedad
para él, así que ha necesitado un momento para pensar sobre ello.
Cuando
Christopher intenta responder a la pregunta “¿Según qué criterio?”,
notad como introduce sutilmente la suposición que le estoy preguntando
que demuestre. Dice que conoce ciertas realidades (morales) porque es un
“primate superior”. Pero hay una palabra ahí que está cargada de valor –
superior. ¿Superior según qué criterio? ¿Sobre qué estamos hablando?
Christopher
preparó bien el siguiente cambio de palabras reconociendo que, como
primates, tenemos un embrollo de instintos en conflicto. La respuesta
que le ofrecí fue algo que aprendí la primera vez de C.S. Lewis. Si
tengo dos instintos contradictorios y en competencia el uno con el otro,
un enfoque evolutivo puede valer para cualquiera de estos instintos
(pongamos como ejemplo la auto-preservación y la preservación de la
manada). Pero el punto de vista evolutivo no puede justificar un tercer
instinto que me diga cuál de los dos primeros instintos debería obedecer
en este momento. No tengo un sentido “árbitro” que decida entre ellos.
Lo
que sí tengo es una conciencia, que no puede ser justificada a parte de
Dios. Christopher intenta ganar un “voto de conciencia” entre los
estudiantes cuando hace la pregunta sobre el sufrimiento eterno. Pero no
necesitamos un voto de conciencia. Necesitamos una justificación de por
qué tenemos conciencias en primer lugar.
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Enlace al artículo original: By What Standard?
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Por Vern S. Poythress
Irónicamente, el surgimiento de la ciencia tuvo lugar en la dirección contraria a como lo pinta Kohler. Kohler sugiere que la ciencia ha destruido a los dioses. En realidad, la destrucción de los dioses ha creado una puerta abierta para la ciencia. ¿Cómo?
La religión politeísta de los griegos sostenía que había muchos dioses. Había tantos planes divinos y tantos propósitos como dioses. Y como los dioses interactuaban en manera caótica, la gente no tenía garantías de que el mundo fuera a presentar un orden estable. La religión griega desalentó cualquier esperanza por una exploración científica de un orden racional.
La ciencia moderna surgió en el contexto del monoteísmo cristiano, que quitó a los dioses griegos y dio confianza a científicos potenciales por medio de tres principios fundamentales:
1. Un Dios racional controla todas las cosas (Génesis 1:1, Salmo 33:6), así que podemos esperar un orden universal.
2. Dios ha hecho al hombre en su imagen (Génesis 1:26-27), así que el hombre es naturalmente afino a la mente de Dios y tiene esperanza de comprender el orden que Dios ha dado.
3. El mundo que Dios ha hecho no es divino, con lo cual está abierto a la investigación humana.
Los primeros científicos, como Copérnico e Isaac Newton, entendieron que estaban frente a la artesanía de Dios. El universo estaba construido por el Mejor y Más Ordenado Artesano de todos.
Pero los científicos siguen creyendo que las leyes son fundamentalmente racionales, y fundamentalmente capaces de ser expresados lingüísticamente, para que puedan ser descritos en lenguaje y pensamiento humano a través del discurso humano. La racionalidad y la habilidad del lenguaje complejo pertenecen a las personas, no a las rocas o plantas o gusanos. Los científicos claramente confían en el carácter personal de la ley. Al mismo tiempo, afirman que es impersonal. Es una afirmación conveniente, porque así podemos evitar la responsabilidad moral de Dios, quien es personal. Hay razones espirituales por las que es incómodo conocer la verdad, y por las que queremos evadirla.
Cristo vino en el mundo. En ese acto, Dios se convirtió en hombre, y vino a reconciliarnos a Sí mismo. Él mismo venció la barrera de nuestra rebelión, la que nos hace querer evadir la verdad sobre el Dios que es la mismísima base de la ley, y por consiguiente la base de la ciencia.
*He tenido problemas para entender la última frase, y no sé si es la traducción más acertada. Florian Cajori, en la traducción de Motte, en el apéndice del segundo volumen, The System of the World, explica que dicha frase es una justificación de por qué Newton trata sobre Dios en Principia: “Obtener una idea sobre Dios ‘a partir de la apariencia de las cosas, pertenece ciertamente a la Filosofía Natural’” (p. 669). read more
La ciencia ha demostrado ahora que estos dioses son ídolos falsos. Pronto todos los Dioses serán demostrados a ser ídolos falsos. La ciencia ha provisto respuestas a casi cualquier pregunta que el hombre puede hacerse.¿Ha dejado la ciencia obsoleto a Dios? El personaje de Dan Brown, Maximilian Kohler, arguye que por dar explicaciones racionales para la salida y puesta del sol, la ciencia ha hecho prescindible al dios griego Helios. En todos los campos, el crecimiento de la ciencia reduce la necesidad de postular las actividades de los dioses. Kohler expresa lo que hay en la mente de muchas personas en nuestros días.
(Maximilian Kohler en "Ángeles y Demonios", de Dan Brown.)
Irónicamente, el surgimiento de la ciencia tuvo lugar en la dirección contraria a como lo pinta Kohler. Kohler sugiere que la ciencia ha destruido a los dioses. En realidad, la destrucción de los dioses ha creado una puerta abierta para la ciencia. ¿Cómo?
La religión politeísta de los griegos sostenía que había muchos dioses. Había tantos planes divinos y tantos propósitos como dioses. Y como los dioses interactuaban en manera caótica, la gente no tenía garantías de que el mundo fuera a presentar un orden estable. La religión griega desalentó cualquier esperanza por una exploración científica de un orden racional.
La ciencia moderna surgió en el contexto del monoteísmo cristiano, que quitó a los dioses griegos y dio confianza a científicos potenciales por medio de tres principios fundamentales:
1. Un Dios racional controla todas las cosas (Génesis 1:1, Salmo 33:6), así que podemos esperar un orden universal.
2. Dios ha hecho al hombre en su imagen (Génesis 1:26-27), así que el hombre es naturalmente afino a la mente de Dios y tiene esperanza de comprender el orden que Dios ha dado.
3. El mundo que Dios ha hecho no es divino, con lo cual está abierto a la investigación humana.
Los primeros científicos, como Copérnico e Isaac Newton, entendieron que estaban frente a la artesanía de Dios. El universo estaba construido por el Mejor y Más Ordenado Artesano de todos.
Cuán excelentemente bueno es el trabajo divino del Mejor y Más Grande Artista.
(Copérnico, "Sobre la revolución de las esferas celestes")
Él es eterno e infinito, omnipotente y omnisciente; esto es, su duración abarca desde la eternidad hasta la eternidad; su presencia desde el infinito hasta el infinito; gobierna todas las cosas, y conoce todas las cosas que son o que pueden ser hechas. … Y esto concierne a Dios; discutir sobre Aquel del que viene la apariencia de las cosas ciertamente pertenece a la Filosofía Natural.*
(Isaac Newton, "Principia Mathematica", 440-442 [503-505 en Gutenberg Project, n.tr.]).De hecho, la ley científica expone los atributos de Dios mismo, como la omnipresencia (lo mismo en todos los lugares), inmutabilidad, inmaterialidad, invisibilidad, transcendencia (por encima de fenómenos particulares), inmanencia (sobre los particulares). Esta exposición confirma lo dicho en la Biblia:
Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. (Romanos 1:20)Los científicos modernos a veces evaden el testimonio de Dios intentando pensar que las leyes que investigan son impersonales, una especie de mecanismo sin mente. Esta manera de pensar es una forma de idolatría, en el sentido que reemplaza al Dios verdadero con un sustituto. Como todos los sustitutos, tiene que ser suficientemente parecido al Dios verdadero para engañar a la gente. (Por ejemplo, supuestamente sigue garantizando orden.)
Pero los científicos siguen creyendo que las leyes son fundamentalmente racionales, y fundamentalmente capaces de ser expresados lingüísticamente, para que puedan ser descritos en lenguaje y pensamiento humano a través del discurso humano. La racionalidad y la habilidad del lenguaje complejo pertenecen a las personas, no a las rocas o plantas o gusanos. Los científicos claramente confían en el carácter personal de la ley. Al mismo tiempo, afirman que es impersonal. Es una afirmación conveniente, porque así podemos evitar la responsabilidad moral de Dios, quien es personal. Hay razones espirituales por las que es incómodo conocer la verdad, y por las que queremos evadirla.
Cristo vino en el mundo. En ese acto, Dios se convirtió en hombre, y vino a reconciliarnos a Sí mismo. Él mismo venció la barrera de nuestra rebelión, la que nos hace querer evadir la verdad sobre el Dios que es la mismísima base de la ley, y por consiguiente la base de la ciencia.
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*He tenido problemas para entender la última frase, y no sé si es la traducción más acertada. Florian Cajori, en la traducción de Motte, en el apéndice del segundo volumen, The System of the World, explica que dicha frase es una justificación de por qué Newton trata sobre Dios en Principia: “Obtener una idea sobre Dios ‘a partir de la apariencia de las cosas, pertenece ciertamente a la Filosofía Natural’” (p. 669). read more
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